Muchos consideran el chocolate un sustituto del
amor por sus propiedades afrodisíacas.
Sin embargo, como en muchas creencias populares
relacionadas con los alimentos, hay mucho que puntualizar.
Hace más de 2.000 años, el pueblo Olmeca, que vivía
en una región del actual México, aprendió a elaborar una bebida que alteraba la
mente a partir de las bayas de una planta: el cacao. Los aztecas, que vivieran
cerca pero siglos más tarde, asociaban esa bebida, el chocolate, con su diosa
de la fertilidad. Se dice que el emperador azteca Moctezuma II bebía nada menos
que 50 tazas de chocolate al día en un intento de mantener su vigor sexual.
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